Fuente: Revista Arcadia.
Más de 120 organizaciones se unieron y plantearon cinco propuestas para que el sector de la cultura no se desmorone ante el peso de la crisis. Ayer se dio a conocer esta acción colectiva y fue tendencia en redes. Busca generar reflexión, debate y, sobre todo, acciones concretas. Aquí las propuestas.
1. Con la participación de representantes de los sectores y consejos de cultura, diseñar el paquete de medidas inmediatas para aumentar la inversión, articular partidas en otras instancias del Estado y redireccionar los recursos de producción de los eventos masivos que no se realizarán en el 2020 en el orden nacional y territorial.
Atender los artistas en condiciones de vulnerabilidad, adultos mayores y artistas madres cabeza de familia.
Rescatar organizaciones informales, fundaciones y mipymes de la cultura y el entretenimiento en aspectos de su sostenibilidad tales como: ayudas para pago de nóminas, aplazamiento concertado de pago de créditos e intereses durante la pandemia, líneas de fomento específicas dirigidas a la sostenibilidad de los espacios, aplazamiento de pago de arriendos para agrupaciones que tengan actividades clausuradas y aplazamiento de los compromisos tributarios para empresas y trabajadores de la cultura, entre otros.
Para la reactivación económica del sector:
2. Fortalecimiento de diferentes líneas de convocatorias, las recurrentes (estímulos a la creación y concertación) como la aparición de nuevas de nuevas aumentando los presupuestos y programas para el sector cultural.
Los proyectos culturales son el mayor generador de empleaos del sector, sin financiamiento a proyectos no hay trabajos formales, ni informales y su principal motor son las convocatorias. Deben duplicarse los recursos para el programa nacional de concertación y ampliar las alianzas y los montos de fomento a creadores y gestores culturales.
Revisar el debido recaudo de las otras fuentes de financiación de la cultura y promover otras nuevas que compensen al sector.
Proponemos crear un nuevo fondo cultural para la emergencia apalancado por una contribución parafiscal que se haga a través de las grandes plataformas OTT’s que operan en Colombia y que cuentan con una cada vez mayor participación en el mercado nacional. Las Cajas de Compensación, Cámaras de Comercio y Sociedades de Gestión Colectiva a través de un decreto presidencial que lo promueva, deben entrar en diálogo con las administraciones nacional y local para dinamizar y ejecutar de manera coordinada y complementaria los recursos que por ley deben dirigir a la cultura para que prioricen agendas que mitiguen la situación actual.
3) Los planes de desarrollo departamentales y municipales que están en formulación deben mantenerse e integrar nuevos programas y presupuestos para procesos, agrupaciones y agentes culturales y artísticos en los territorios. Estos programas deben estar confinanciados por las entidades que hacen parte del Consejo Naranja que tiene una gran oportunidad de demostrar su pertinencia en este difícil momento y por un Ministerio de Cultura, al que es necesario fortalecer, dar herramientas de mayor alcance misional, logístico y presupuestal en todas las regiones de Colombia.
4)Activar la demanda y oferta de bienes, servicios y manifestaciones culturales. De manera directa, pagados por los consumidores o el sector privado, y de manera indirecta, cofinanciados por el sector público a través de compras públicas y masivas de contenido.
Promover una alianza con el sector educativo para la creación y producción de contenidos culturales y pedagógicos para los niños y niñas que aprendan en casa. Para incentivar el consumo local de contenidos culturales nacionales en plataformas digitales, del Impuesto Nacional al Consumo de la Telefonía Móvil, que hoy es del 4% adicional al IVA, se tome un punto porcentual más (4% mas 1%) para que los departamentos y municipios puedan, con estos recursos, cofinanciar la conectividad de sus ciudadanos y la producción de contenidos propios para consumo local.
5)Fortalecimiento de gremios, asociaciones y colectivos con incidencia sectorial, económica y política y contar con un espacio formal y permanente de concertación con el alto gobierno nacional, como lo hacen otros gremios, para contribuir de la mano de la academia y las organizaciones culturales, a la implementación de estas y otras medidas.
Es urgente que el estado apoye la organización, mantenga censos, apoye a la comunicación y active el Sistema Nacional de Cultura con una agenda abierta. Lo cultural no puede estar ausente de los espacios de debate y decisión nacional y territorial. Para ello, el paso a una participación más decisoria beneficia la activación de la producción cultural y los nuevos caminos en esta crisis.
Asistimos en efecto al pronunciamiento cada día mayor de gremios activos, deliberantes y propositivos. Por esto es necesario generar un espacio formal de concertación. El diálogo debe ser permanente y sistematizado, con agendas concretas y cronogramas acordados.